jueves, 30 de abril de 2015

Tres tendencias que impondrán cambios en la gestión de los Catastros.

En el ámbito de la gestión pública siempre está presente el debate entre innovación tecnológica y protección de los derechos de los ciudadanos. Como si se tratase de ideas contrapuestas, algunas posiciones extremas observan las novedades que está aportando la tecnología como amenazas a los valores básicos de la gestión pública (seguridad jurídica, principio de legalidad, etc. ..), mientras que en la posición contraria encontramos quien pone la tecnología por delante de otros valores, y critica la gestión pública por poco ágil o inadaptada a las nuevas herramientas TI. Como casi siempre, parece que en el término medio es  donde está la solución.

Desde esta posición intermedia, y sin renunciar a los principios de garantía que deben regir la acción pública, creo no obstante importante señalar tres tendencias tecnológicas, en desarrollo creciente, que a mi juicio van a acabar produciendo modificaciones en la forma de gestionar los catastros.

Crowdsourcing, o gestión participativa: La capacidad que nos aportan smartphones y tablets, incluyendo las cámaras que incorporan, dará lugar en poco tiempo a la aparición de procedimientos administrativos  100%  digitales que serán utilizados por los ciudadanos para formular declaraciones, presentar recursos y realizar otros trámites ante el Catastro.  Se trata de un paso más sobre la idea, ya “digerida” en muchas estrategias de distintos Gobiernos, de que vamos a servicios  creados sobre el principio de “digital as default”, es decir, que los servicios que presten las Administraciones a los ciudadanos serán, en primer término y salvo excepción justificada, sobre un modelo de gobierno electrónico. Por tanto, creo que es  ya el momento en que se vayan diseñando los procedimientos administrativos,- incluyendo las modificaciones legales que puedan ser necesarias-, conforme a los cuales los ciudadanos podrán colaborar en el mantenimiento de la información catastral a través de su dispositivos móviles, cumpliendo con ello además sus obligaciones legales.

Sin duda así lo ven los responsables del catastro holandés, cuando han planteado recientemente un proyecto de colaboración con sus colegas colombianos para integrar el móvil en los procesos de mantenimiento del Catastro en aquel país.



Plena disponibilidad de la información catastral, que deberá ser “enriquecida”:  Parece que ya es la hora en que los responsables de los catastros pongan a disposición de la sociedad toda la información de la que disponen, - cartográfica y alfanumérica-, y no solo aquella que tradicionalmente se ha considerado interesante. En las bases de datos de los catastros hay multitud de datos descriptivos de edificios y parcelas rurales que están subutilizados por la sociedad, porque no se puede acceder fácilmente a ellos. Y la facilidad a la que me refiero no se limita sólo a un servicio de descarga masiva, como ya existe por ejemplo, en el Catastro español, sino a la clara implementación de una línea divulgativa orientada a dar a conocer la existencia de esta información, en primer término, y ponerla en manos de los usuario, inmediatamente después.

Y además, debería ser también tarea de las oficinas de Catastro generar procesos que “enriquecieran” esta información, agregándole mayor valor, combinando esta información con otra disponible. En España, por ejemplo, serían muy bien recibidos por muchas PYMES productos que integrarán ya los datos del Catastro con los del Instituto Nacional de Estadística, datos que sólo personas muy expertas saben “mezclar” correctamente. Si creemos en el concepto de “geomárketing”, sería bueno dar pasos para apoyar su desarrollo.

Y finalmente, el Geo-a-aS (Geo as a service), o el nuevo papel de los catastros como suministradores de información elaborada a ciudadanos y empresas:  en una entrada del pasado 13 de enero titulada “Geo-as-a-Service (GeoaaS) y la necesaria redefinición de los roles asignados en los modelos de Reutilización de la Información del Sector Público (RISP)”, ya detallé mi opinión sobre este nuevo escenario, y no voy a repetirme. Únicamente señalar que cada vez son más demandados servicios GIS por PYMES y ciudadanos que no tienen, ni probablemente quieren, invertir dinero en adquirir equipos y licencias, ni contratar expertos en estas tecnologías, pero que si desearían poder utilizar herramientas de geoanalitycs, o representaciones dinámicas de datos sobre el territorio (que incluyen el componente temporal) que son realmente útiles para su actividad o negocio.


Los datos Catastrales son imprescindibles para ofrecer estos servicios con la mejor calidad posible, por lo que parecería lógico que sea el Catastro quien los hiciera en primer término. Como vengo señalando en distintas intervenciones, creo que la tecnología ya disponible permite definir un nuevo marco para las políticas que favorecen la reutilización de la información del sector público, en las que las Administraciones Públicas ya no deberían jugar tan sólo el papel de meros suministradores de información en bruto.