miércoles, 24 de mayo de 2017

Próximos pasos de los Catastros, en sus políticas de datos abiertos.

Acabo de asistir a una conferencia en el Digital Enterprise Show #DES2017 de Lilian Coral, Chief Data Officer (CDO) de la ciudad de Los Ángeles que realmente me ha parecido del mayor interés. Esta joven responsable de la política de datos abiertos de la ciudad californiana ha logrado, con un reducido equipo de cinco personas y en un breve plazo de tres años, situar a su municipio a la cabeza de los ejemplos de las políticas públicas de “open data” a nivel mundial.



Son varias las razones de este éxito,- incluyendo el fuerte liderazgo del Alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, a favor de los datos abiertos- pero una de ellas me resulta especialmente atractiva, y se refiere a lo que han hecho, -y  mi juicio deberían hacer todas las Administraciones Públicas, y en especial los catastros-, además de ofrecer todos sus datos en abierto.

Plantea la CDO de Los Ángeles la necesidad de que la estrategia se base en el principio de “making data actionable”,  es decir, hacer que los datos sean no sólo ofrecidos, sino también acompañados de todos los elementos que faciliten al máximo su utilización. Para ello, el proyecto se estructuró sobre tres pilares diferentes:

OPEN DATA: publicando y mantenido actualizados datos de calidad del municipio, que pueden ser utilizados por el  equipo de gobierno del municipio, los ciudadanos y las empresas privadas.
ANALYTICS: Utilizando las mejores herramientas de analítica para tratar las principales prioridades y avanzar en la capacidad de realizar análisis de datos en la ciudad.
SERVICIOS DIGITALES: Desarrollar servicios digitales basados en los datos de la ciudad, muy centrados en las necesidades y capacidades de los usuarios.

Estos tres pilares de trabajo deben estar al servicio de cuatro objetivos principales:

1.-Acelerar el compromiso cívico a través de datos abiertos de calidad y el desarrollo de canales que fomenten la colaboración entre el ciudadano y la ciudad.
2.-Ampliar el uso de la analítica aplicada a toda la información de la ciudad para impulsar la toma de decisiones y la mejor prestación de los servicios públicos.
3.-Aprovechar los datos para priorizar las mejoras e inversiones de los servicios digitales clave.
4.-Establecer la base para una ciudad inteligente, a través de estrategias de gestión de datos empresariales y desarrollo de proyectos pilotos innovadores, basados en la conexión de distintas tecnologías.  

Los responsables de los Catastros de distintos países iberoamericanos han liderado la aplicación de las políticas de datos abiertos en sus respectivos ámbitos, dando lugar a la generación de auténticos casos de éxito en lo que se refiere al acceso y uso por los ciudadanos de la información que gestionan. Como ejemplo, estos datos resumidos de la actividad de la Sede Electrónica del Catastro de España en 2016:

Certificados electrónicos emitidos: 7.253.948
Consultas atendidas sobre datos  protegidos: 25.846.771
Consultas atendidas sobre datos no protegidos: 11.616.941
Mapas digitales servidos: 162.026.752

Sin embargo, siendo esto relevante y muy loable, no parece que sea suficiente en los tiempos actuales. La disponibilidad de datos de calidad es sólo uno de los tres pilares en los que deberían apoyarse las nuevas políticas de datos abiertos.

Faltarían dos, según la reflexión de Lilian Coral, que comparto plenamente:

Los responsables de los catastros de Latinoamérica y España deberían avanzar notablemente en la aplicación de herramientas de analítica que permitan enriquecer al máximo la información descriptiva de las características físicas, jurídicas y económicas de todos los inmuebles, -urbanos, rurales y especiales-, que tienen en sus bases de datos. Ya no es suficiente con que el dato se ofrezca, sino que tiene que ser analizado y servidas a los usuarios las conclusiones de estos análisis.


Y además,  como tercer pilar, los responsables de las políticas de datos abiertos de los Catastros deberían, junto con la oferta de datos, desarrollar servicios digitales, -muy especialmente, aplicaciones para móviles-,  basadas en esos datos y centrados en las necesidades y capacidades de los usuarios.


Parece ya superada la visión en que las Administraciones Públicas quedaban relegadas al papel de meros suministradores de datos. Ahora lo que se les exige es que también los pongan en valor, y faciliten a ciudadanos y empresas que también puedan hacerlo.

Por cierto, y para finalizar, también sería muy oportuna la creación de la figura del Chief Data Officer en las plantillas de los grandes generadores de datos de las Administraciones Públicas. Es una figura profesional que ya se está echando de menos dentro del sector público.


jueves, 4 de mayo de 2017

De nuevo blockchain, y su posible aplicación a la gestión catastral del futuro.

En una entrada anterior del blog titulada “Catastros fallidos” y BitLand: ¿se resolverá con tecnología lo que no se ha logrado construir institucionalmente?”, -  http://catastreros.blogspot.com.es/2016/03/catastros-fallidos-y-bitland-se.html -, cometí el error de asociar blockchain con “Catastros fallidos”, e interpretar que esta tecnología no iba a encontrar desarrollo, - por innecesaria-,  en aquellos países donde existen modelos de Catastro y Registro de la Propiedad sólidos y bien desarrollados.  Pronto he sido consciente de este error, que quiero corregir ahora, al entender que blockchain, como tecnología disruptiva, será también una realidad en la gestión futura de los Catastros y los Registros de la Propiedad de los países con alto nivel de desarrollo.

En un reciente trabajo titulado “The Land Registry in the blockchain”, -puedes encontrarlo en: http://ica-it.org/pdf/Blockchain_Landregistry_Report.pdf   -, elaborado por Lantmäteriet, la autoridad sueca que agrupa las funciones de Instituto Geográfico, Catastro y Registro de la Propiedad en ese país, se aporta valiosa información sobre esta materia.



El objetivo del documento es publicar las conclusiones de un estudio realizado con el fin de mejorar los procedimientos actualmente seguidos en esa institución. Lo más valiosos sin duda es que realiza una comparativa de un proceso habitual,-la compraventa de una vivienda privada-, contrastando los trámites actuales con los que resultarían de un proceso desarrollado aplicando la tecnología blockchain.

El texto incluye un resumen de las posibilidades que surgen con la nueva tecnología, entre las que destaca la reducción del tiempo de duración total del procedimiento, que se limitará a unos pocos días, siendo posible en el modelo crear un procedimiento cuyos trámites y efectos se produzcan en tiempo real. Asimismo, el sistema impide que la misma finca pueda ser vendida en transacciones simultáneas, al tiempo que se reduce muy significativamente el riesgo de errores o fraude, puesto que se implica a un número significativo de validadores que actúan independientemente.

En el propio documento se señala que la implantación de la tecnología blockchain en Lantmäteriet será un proceso largo que ha de desarrollarse por etapas. En un primer momento la base de datos de Lantmäteriet permanecerá intacta, puesto que las actualizaciones de datos se recuperarán de blockchain y serán comprobados por Lantmäteriet. No obstante, las transacciones en  blockchain estarán en código abierto, lo que significa que podrán ser verificadas por cualquiera, además de por Lantmäteriet.

Una singularidad del modelo es que el almacenamiento de los documentos originales, - en la práctica el modelo no manejará “copias” puesto que sólo existirán datos “originales”-  podrá ser realizada por una entidad  pública o privada ajena al Lantmäteriet, y por supuesto también por todas las partes interesadas en la transacción: comprador, vendedor, banco, agente inmobiliario, administración pública, etc.

Los registros de verificación se almacenarán en múltiples ubicaciones, lo que creará redundancias. Como consecuencia, todas las partes podrán sentirse seguras ante cualquier incidente que destruya o pretenda alterar los datos, puesto que es el conjunto del sistema el que valida la información y permite reconstruirla en caso de que resulte necesario.

A largo plazo,  la base de datos se gestionará directamente en blockchain, correspondiendo al Lantmäteriet la supervisión y garantía del correcto funcionamiento del modelo. Está base de datos residirá en varios servicios en la nube, pero serán agencias del gobierno, o quizá otros agentes, quienes aseguren que los registros de verificación de los documentos se encuentran asimismo protegidos con el modelo de blockchain.



Resulta complicado entender bien el funcionamiento del sistema propuesto, cuya complejidad tecnológica es evidente. Por ahora nos puede bastar con la definición de Wikipedia: “blockchain es una base de datos distribuida, formada por cadenas de bloques diseñadas para evitar su modificación una vez que un dato ha sido publicado usando un sellado de tiempo confiable y enlazando a un bloque anterior”. Por esta razón es especialmente adecuada para almacenar de forma creciente datos ordenados en el tiempo y sin posibilidad de modificación ni revisión, y he aquí donde radican en mi opinión las mayores dudas de su aplicación a los actuales sistemas de Catastro y Registro de la Propiedad que ya se gestionan eficazmente. ¿Cómo se gestionarán y validarán todos los cambios que diariamente se producen en el Catastro?. ¿Cómo se comprueba, en caso de una falta de información previa ,- ausencia de título previo en formato digital, transacción en documento privado, etc.- la personalidad de los intervinientes o su capacidad de disposición respecto a los derechos objeto del acto o negocio jurídico de que se trate?.


Sin duda, existen multitud de sombras que se irán disipando. Mientras tanto, en lo que si parecen estar de acuerdo los expertos es que la irrupción de la tecnología blockchain afectará a múltiples acciones públicas de las actuales administraciones, y en especial a aquellas que desarrollan funciones de registro de entrada de documentos, almacenamiento de todo tipo de datos, o transacciones de información entre partes. Asimismo, impactará en los diseños de las nuevas políticas de “datos abiertos” y de transparencia.  Es obvio que las organizaciones catastrales no van a ser ajenas a estos cambios.

Ya somos 100.



Me parece increíble que ya seamos 100 los que participamos de este espíritu catastrero. Es una cifra que no me podía imaginar cuando inicié esta aventura de “Catastreros”.

Gracias, de verdad, a cada uno de los 100.