lunes, 16 de octubre de 2017

Location Intelligence y Catastro.

La Location Intelligence, o Inteligencia de la Localización (LI), es una disciplina que permite convertir los datos geográficos en resultados para el desarrollo útil de todo tipo de actividades,  a través del enriquecimiento de datos, la visualización y el análisis iterativo de información.

Se distingue de las herramientas tradicionales en que supera su visión, creando un campo de intersección en el que se desarrollan conjuntamente herramientas de BI, de análisis geoespacial , y de mera visualización de datos, tal y como se resume en la siguiente imagen:



Desde esta aproximación, y trasladado al ámbito de las tecnologías de la información, la inteligencia de la localización se situaría en el cuadrante superior derecho de una matriz cuyos ejes fueran, por un lado,  la naturaleza de los datos, -geográficos o no geográficos-, y por el otro el nivel de agregación de los datos, lo que permitiría definir cuatro escenarios diferenciados, como se describe en la siguiente imagen:




Puedes ver más información sobre la inteligencia de la localización y su impacto en los siguientes enlaces:


¿Cómo afecta a las instituciones catastrales esta forma de entender la información geográfica?, o en sentido contrario, ¿cómo colabora el Catastro en el desarrollo de la Inteligencia de la Localización?.

Es obvio que, como información geográfica de precisión y calidad, el Catastro aporta datos básicos cartográficos y alfanuméricos que resultan imprescindibles para la realización de cualquier proceso de Inteligencia de la Localización. Por su granularidad,- asociando cada dato a nivel de parcela, o incluso vivienda-, es la información geográfica  óptima para realizar cualquier análisis, porque para cada inmueble definido en el Catastro puede asociarse una familia, en el caso de un vivienda, un negocio o actividad económica, en el caso de los locales comerciales. De esta forma, si estoy haciendo análisis sobre hábitos de consumo familiares, por citar un ejemplo, la información catastral me permitirá un análisis más preciso, puesto que podré asociar esta información con otros datos relevantes como la superficie de la vivienda, su fecha de construcción, su valor, etc. . Por tanto, es la información óptima sobre la que realizar estudios de naturaleza censal, superando definitivamente  los análisis estadísticos que se han venido realizando en épocas anteriores.

Ahora bien, ¿es esta función de mero  suministrador de información suficiente desde el punto de vista del futuro desarrollo de las instituciones Catastrales?. ¿O debería también el Catastro trabajar directamente sobre esta información ofreciendo nuevos productos o servicios construidos a partir de la agregación y el enriquecimiento de la información catastral?.

Para responder a esta pregunta conviene echar un vistazo a lo que ocurre alrededor, para comprobar que es ya una tendencia generalizada y en expansión el desarrollo de nuevos servicios por  los grandes productores de información del sector privado, construidos sobre el análisis y la puesta  en valor sus propios datos.

Empresas del sector bancario, como el BBVA, -a través de BBVA-Data  https://www.bbvadata.com/es/  -, o del sector de las telecomunicaciones, como Telefónica  -a través de LUCA  https://www.luca-d3.com/   -, han entendido perfectamente el gran valor que aporta a su actividad ofrecer servicios a terceros  basados en su propia información. Es muy descriptiva de esta tendencia la siguiente frase, obtenida de la web de LUCA:  “Conocer y liberar el valor que tienen nuestros datos significa tener más visión, actuar de manera más inteligente y abrir nuevas oportunidades”.

En mi opinión las instituciones catastrales deberían “abrir nuevas oportunidades” basadas en la valiosa información que gestionan, lo que tendría que manifestarse en forma de nuevos y mejores servicios a los ciudadanos.  Esta actitud debería además sumarse a la vocación de los Catastros de ofrecer a ciudadanos y empresas no sólo información, sino también herramientas sencillas para que estos mismos ciudadanos pudieran desarrollar sus propios proyectos basados en estos datos, tal y como comenté en una anterior entrada  del blog en la que me referí al papel relevante que están alcanzando los GeoHubs en distintas instituciones públicas responsables de la creación y difusión de datos geográficos.

Como consecuencia, un escenario ideal de los Catastros del futuro debería ser una tríada  de servicios basada en tres pilares bien diferenciados:
-La mera difusión de su información, tal y como ya hacen actualmente,
-La oferta directa de nuevos productos y servicios basados en esta misma información.
-Y finalmente, la puesta a disposición de herramientas simples para que los propios ciudadanos  y empresas pudieran crear productos y servicios de valor añadido, a partir de la información catastral.



Obviamente, la propuesta implica una transformación en profundidad de la forma en que se gestionan en la actualidad algunas instituciones catastrales, lo que nos llevaría a una reflexión en profundidad sobre cómo la transformación digital, -o la evolución digital, para aquellas que ya vivieron un primer proceso-, se presenta como una auténtica necesidad en muchos países. Pero esto ya será objeto de otra entrada.